jueves, 31 de enero de 2013

El faro

Desde mi blanca torre rodeada de mar te escribo esta carta.
No puedo dormir y en algo hay que ocupar el tiempo, y qué mejor que dejar que salgan de mi cabeza en forma de palabras escritas esas cosas que siempre te he querido decir y nunca hice.

El sonido del mar entra por mi ventana aunque no quiera. Me arrulla para que duerma, pero no lo consigo. Así que me entretengo contando las estrellas y les voy poniendo nombre empezando por Orión que ya he logrado, con mucho esfuerzo eso sí, identificar. Porque aunque tú me dijeras que sus estrellas brillantes son visibles desde los dos hemisferios y que es la constelación más conocida del cielo, yo no era capaz de encontrarla, hasta ahora. También tengo que decirte que los nombres que no sé, me los invento y como no lo escribo en ningún sitio sino que se quedan en mi imaginación no quedan mal del todo.

Mientras me entretengo en eso, parece que siento tu presencia junto a mí. Tus manos que guían las mías hacia el norte, tus ojos que buscan con anhelo el brillo de los míos al encontrar una estrella perdida, tu aroma cuando acercas tu cabeza a la mía para darme el ángulo de visión, tu sonido cuando me susurras bajito y despacito cada uno de esos extraños nombres…

Y pienso si realmente alguna vez te tuve cerca como yo me imagino que fue, o sólo eres un espíritu vagando por mi mundo que no llegará a tocarme jamás.

A veces te siento como un bello sueño del que no quiero despertar porque todo es fantástico e ideal. Otras noto tu lejanía porque tenemos vidas muy distantes. Otras me llamas a tu lado y no puedo dejar de correr hacia ti…y hay veces que ni siquiera sé si existes o son imaginaciones mías. ¿Me estaré volviendo loca?.

Vivir en un faro, tiene un tinte muy romántico. Te aíslas, vives la naturaleza, la soledad y la noche en toda su magnitud. Y es lo que yo he elegido, así que no me puedo quejar. Pero a veces es duro saber que fuera de aquí hay una vida que me pierdo, ilusiones incumplidas y ganas contenidas.

Ya sabes que no me lamento, que me siento muy bien viviendo en esta estancia del solitario acantilado que deja abajo unas aguas a veces bravas, y a veces quietas como un plato...pero siempre agua, mucha agua, que es mi elemento natural. Y sabes (porque te lo he contado ya muchas veces) que me gusta subir por la escalera de caracol hasta lo alto del faro y cegarme viendo cómo la potente luz hace su función de guía de los marineros.

Esa escalera que acaricio y que representa la espiral de la vida; que tiene un comienzo y un fin y que no sabe cuántos peldaños tiene. Porque las escaleras no saben cuántos peldaños tienen, no saben siquiera que son escaleras y para qué sirven….pero ahí están y hacen su función.

Y me preguntas repetidamente qué hago aquí aislada, cómo puedo no enloquecer. Pues….paso mis días leyendo, escribiendo, cuidando el pequeño jardín y hablando con el mar cuando me quiere oír. Porque a veces, si se enfada, no quiere que le hable y le cuente cuánto sufro por no tenerte cerca. Otras, mientras tengo la mirada perdida en el vacío le digo muy bajito que quizás algún día, tú y yo volemos separados y en direcciones opuestas. Pero que seguro que nos encontraremos, como ahora, leyendo las estrellas.





Es muy tarde.
Casi amanece y yo sigo dejando que se vacíe mi mente.

Y desde mi cuarto oscuro en medio de la gran ciudad, sigo imaginando que en algún lugar del mundo puede haber alguien a quien yo, si viviera en un faro, pudiera mandarle esta carta.
Ahora, me encuentro protegida por el simple hecho de tu presencia en mi vida y por el abrazo que supone que, con tu sonrisa, me desees cada mañana los buenos días.



Dedicado a todos aquellos que se sienten solos.









@Escritos

10 comentarios:

  1. Beatriz, tu forma de relatar la soledad como habitante de un faro , me ha parecido preciosa, me gusta leerte y poder saborear, esas comparaciones con las cuales describes tus sensaciones.
    Un beso.

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    1. Gracias Gloria

      Saber que la soledad te acompaña puede ser una buena compañía.

      Saludos

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  2. El amor llega cuando menos lo esperamos yo vivi la soledad por 9 años. Gracias por pasar por mi blog e invitarme al tuyo. Aqui tienes una nueva seguidora que te no te dejara sola. Saludos

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    1. Gracias Marylin

      Nos seguiremos "viendo" por estos lares.

      Saludos

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  3. Me cuesta comentarte, un recuerdo y un sentimiento muy especial aflora a mi mente.
    ¿Sabes? en la distancia dos almas gemelas se encuentran a través de las estrellas. Un gran amigo que siempre me llama mujer estrella, el me enseñó que las almas gemelas no se buscan se encuentran un día sin esperarlo, y aunque nunca puedan tocarse desde ese primer encuentro siempre permanecerán unidas, aunque sea a través del infinito universo.
    Preciosa carta

    Un abrazo enorme

    :)

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    1. Cuando miramos las estrellas y sabemnos que en la lejanía hay otra persona mirándloas, a veces podemos sentir que vemos en ellas su mirada.

      Y estoy de acuerdo en que las almas gemelas permanecen unidas siempre de la manera que sea.

      Saludos

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  4. Es muy bonita la carta.
    De pequeño fantaseaba con vivir en un faro.
    Era mi sueño preferido.

    Saludos.

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    1. El mío también.

      Ahora comprendo que en aquella época, debía ser duro pasar tantos días solo en un faro. Pero como digo en el escrito es una idea muy "romántica" en su acepción de sentimental,generoso y soñador.

      Saludos

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  5. Vivir en un faro.... que fantasia!!!
    Bella carta
    Abrazo

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    1. Gracias.

      Es una fantasía de horas de ensueño, ya lo ves.

      Saludos

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