lunes, 28 de enero de 2013

Muerte cruel

Al principio, se enfadó porque la dejó sola.

Repetía una y otra vez:
- ¿Cómo has podido hacerme eso? ¡Después de tanto tiempo! Y hacerlo así, sin avisar….

Tuvo que aprender a pasear sola por la calle, a conducir sin copiloto, a decidir dónde pasar las vacaciones, a dormir en el vacío de una gran cama, a dar las buenas noches al aire sin escuchar nada.

El tiempo, aunque despacio, fue pasando y se acostumbró a esa compañía callada. La presencia estaba en mil detalles, y sobre todo, en tres preciosas caras. Los recuerdos eran dulces; nunca eran fantasmas.

La vida continúa, las cosas cambian, y lo único posible es seguir andando a buen paso; vivir la propia vida, abrir al mundo el alma.

Pero aún hay días en los que paseando sola por la ciudad, bajo las luces de las farolas y el movimiento incesante de gentes que van y vienen, va llorando lágrimas calladas.

Piensa que quizás, con su vida afortunada, es lo único por lo que puede sentirse desgraciada y por eso son las únicas lágrimas aceptadas. Porque hay gente que no ha perdido, pero no ha tenido nunca nada.


Pasaron los años y con ellos muchas historias: unos vinieron y se fueron; otros se fueron y volvieron; otros están esperando a las puertas del reencuentro; pero aún hay esperanzas porque al menos no murieron.



Y cuando piensa en él y en la ruptura del tiempo que compartieron, ya no le echa la culpa.
Ya no se siente abandonada.
Ha comprendido que se fue sin quererlo. Que la muerte viene y no pregunta si quieres acompañarla.


Peor es el que muere en vida por no esforzarse en desnudar su alma o por no querer renunciar a nada.







@Escritos

6 comentarios:

  1. Espero no vivir nunca nada así.
    Prefiero morirme primero.
    Ya, es muy egoísta pero lo otro debe ser muy duro.

    Saludos.

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    1. Tienes razón, pero las cosas no siempre son como queremos.

      Gracias por pasarte y comentar

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  2. Te leo y en tus palabras veo reflejada a mi madre. El se fue y desde entonces, casi siempre, es un alma errante.

    Una triste historia, muy cercana

    Un abrazo

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    1. Es una historia que pasa más de lo que creemos. Mucha gente se queda de pronto sola y sin saber muy bien cómo encauzar su vida.

      Pero lo más importante es que nos demos cuenta de que podemos perder la vida sin morirnos y eso es un auténtico crimen.

      Saludos

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  3. Siempre hay un día donde nos es arrebatado un amor de muestro lado. A partir de entonces,
    cuando estamos en nuestro jardín privado, nos llega su aroma.
    Un beso

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    1. Su aroma, su recuerdo, sus detalles.

      Nadie muere mientras haya alguine que le recuerde.

      Saludos

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