martes, 29 de abril de 2014

Cuentos



Bajo el templete miraba el parque desde arriba. El suelo lleno de hojas, la vida bajo el manto de primavera, la luz sobre mi cabeza.

Soñé que estaba en un salón de baile, con toda la orquesta a mi disposición. Y empecé a bailar. Y no paré hasta que me di cuenta de que, aunque notaba la fuerza de sus brazos llevándome por la pista, bailaba con mi sombra.

Sombra que me susurraba: sube, sube, suuuubeeee...


A lo más alto y a lo más seco: donde las nubes no saben quedarse con los rayos de pena porque todo es luz a su alrededor. Donde las horas son minutos pero el tiempo no pasa cuando él está cerca. Donde al besarte te meces montado en una estrella.


Sube hasta mí y quédate ahí mientras te cuento mil cuentos.

Cuentos de nunca acabar
Cuentos para soñar
Cuentos que te hacen volar
Cuentos sólo para ti.







@Escritos


lunes, 21 de abril de 2014

Acurrucado



Tengo el sol acurrucado en mi regazo. Por techo, el cielo azul adornado con pequeñas nubes blancas. De fondo, el verde y marrón de la primavera incipiente. Al lado, tu mirada sin palabras.


Cuento en voz baja una y otra vez todos los te quieros que a lo largo del tiempo te he dejado prendidos en tu oído.

Invento una melodía con notas descosidas, aunque unidas por flojos hilvanes, juntando cada una de las sonrisas que nos hemos regalado.

Observo reflejos cambiantes en el horizonte, que no son más que gotas de rocío jugando a ser arcoiris en miniatura.

El viento suave mueve las hojas de los árboles, que susurran sonidos irreconocibles a los oídos humanos



Y en todo esto, noto el calor de tu mano que me acompaña.


Sospecho que estoy viviendo un sueño inusitado pero me pellizco y compruebo la realidad de todo lo que siento.


Te miro con los ojos cerrados soñando despierto historias pasadas, amores tardíos, futuros tranquilos al calor de esta llama.



Siento cómo te abandonas con toda confianza, flotando en un agua burbujeante mientras mis manos calladas te llevan hacia donde nace la sensación de ser libre dejandote guiar sin miedo a nada.


Aunque no queramos, aunque intentemos evitarlo buscando otros paisajes, aunque dudemos incluso de nosotros mismos, aunque las heridas piquen con el agua salada,...hay algo que nos ha unido irremediablemente y que al menos yo vivo como un regalo del cielo.












@Escritos

lunes, 14 de abril de 2014

Escenas cotidianas



De la mano, caminaban en silencio disfrutando del sol en sus caras.

Después de un frío invierno, en el que la distancia les impidió calentarse con sus cuerpos, disfrutaban de cada minuto al calor de la mutua compañía.

Ya hacia años que no necesitaban hablarse para saber lo que se estaban diciendo, aunque a veces el lenguaje que usaban estaba en distintas frecuencias.

Los sonidos que traía consigo la luz llenaban cada uno de los huecos de dos mentes inquietas en busca de la paz: trinos de pájaros alborotados, niños que exploran por primera vez suelos sin charcos, conversaciones al abrigo de la fresca sombra, regalos de vida en forma de aire libre.

 

Descansando, sentados uno enfrente del otro, se miraron a los ojos sonriendo.

-¡Cómo te quiero! Tradujo él de su mirada.

-¡Qué gustó estar aquí contigo! Interpretó ella leyendo la chispa de debajo de sus pestañas.



La corriente que había entre ellos se notaba. Y lo mejor, es que ellos la disfrutaban.

Conversaciones banales, picantes, profundas, serias, divertidas... y hasta calladas les unían sin remedio con esos lazos de seda de colores que en tiempos pudieran verse por alguno de ellos como nudos de soga de esparto. Porque la libertad no se pierde por estar acompañado. 


Y si bien es cierto que la generosidad de la entrega no se mide con la misma escala, porque lo que para unos es darse en cuerpo y alma, para otros es renunciar a tener cosas guardadas, también es cierto que nada hace crecer tanto como la confianza: la confianza, siempre construye. La desconfianza hace grietas incluso en las paredes más sólidas.


Mirándose a la cara, como solo se miran los que tienen limpia el alma, sacaban brillo a sus pensamientos porque lo importante es la manera en la que una persona piensa, no qué es lo que piensa.

Y de vez en cuando, porque es necesario para el equilibrio, los dos recordaban tiempos remotos de luchas calladas: la muerte, la envidia, el odio instalado donde antes creció el amor, el abandono, las cicatrices profundas en el alma, el engaño continuado y disimulado como libertad mal tratada, la atadura de los remordimientos que no hacían más que abrir las heridas cerradas.

Pero también pensaban en el resto del camino que les quedaba: uno para el otro y, por fin, al sol de las tardes más largas, la entega total tan ansiada.






@Escritos

lunes, 7 de abril de 2014

Usar tu magia

Si quieres que dos líneas paralelas se unan en algún punto, puedo torcer un poco mi mano y hacer que el lápiz vaya pintando las rayas cada vez más juntas.

Si de madrugada me llamas porque no quieres oír el silencio, mi voz que callaba dormida puede ponerse a tono y contarte los cuentos más largos de la historia de las quimeras.

Si en tu alma hay penas que no quieren salir, yo puedo coger el sacacorchos con puño de nácar blanco y transformarlas cuando salgan en burbujas que cosquillean.

Si las olas crecen mucho y la mar está revuelta, mi mano siempre tendrá la fuerza de un ancla a la que aferrarse y llegaremos a orillas tranquilas sin necesidad de barca.

Si cuando nada te perece lo mismo aunque sea lo de siempre y busques huellas escondidas, perseguiremos juntos el tesoro de los recuerdos dormidos, tejiendo sueños con hilos de oro y sonidos de plata.

Si tu felicidad te inunda y te desbordan las risas, puedo bailar al ritmo de tus carcajadas y acompañar tu canto hecho con las notas del pentagrama de las algazaras.



Y si me pides cosas que no puedo concederte, tendré que apañármelas para intentar dártelas. Porque tu luz seguirá alumbrándome mientras el mundo exista, y la fuerza de verte conmigo me anima a usar la magia que tengo guardada, junto con los colores del arcoiris.







Gracias por decirme estas cosas.





@Escritos