Reflejo sublime

Una sola palabra tuya me da la vida.



Anochece y las sombras que se insinúan en las paredes blancas, se instalan rápidamente en mí. Por la mañana jugaba a esconder dulces momentos de placer entre tus sábanas, a imaginar tu sonrisa y tus tiernas palabras y ahora veo la maldición de ser capaz de volar tan alto, porque el aterrizaje siempre es prolongado.

Derrama sobre mi cuerpo las olas de tu mar; sopla tu viento de vida entre mis manos y mi pelo; refleja en mis pupilas la luz de tu admiración; navega con rumbo certero hacia la orilla de mis deseos. Y cura con tus besos mis cicatrices que se abren cuando la piel se estira. Entonces yo, me deleitaré sin descanso en el aprovechamiento de las esquinitas de tu boca, de tu oreja y de tu sonrisa. Porque, cada vez más, los grandes mundos se construyen con pequeños detalles.

Y aunque peque de ingenua, yo sé que esta vida nada es inútil; ni las palabras ni las sonrisas ni los sueños que prendo entre tu pijama. Porque no son simples gestos, sino la expresión certera del calor que de mañana siento cuando amanezco en tu cama.

No desgastemos el tiempo porque la vida no es infinita y me cuesta mucho preparar el suficiente polvo mágico para tus alas y las mías.

Ven conmigo, juntos nos miraremos al espejo cogidos de la mano porque para ver un reflejo sublime no hace falta tener la cara más bonita sino solo tener el alma limpia.







@Escritos