Valses con tintes de telas vaporosas dando vueltas.
Olas hechas de brazos
humanos que se mueven al unísono.
Estremecimiento de corazones agarrados
de la mano.
Cuerpos que se cimbrean al ritmo de una música
lejana.
Palabras que fluyen tranquilas al otro lado del
teléfono.
Deslizamientos por la pista a ritmo de swing
pausado.
Bandadas de pájaros volando a ras del agua
mansa.
Cadencia de un columpio subiendo hasta la luna.
Cometa
dibujando el cielo sin prisas, en una tarde de primavera.
Brazadas bajo
un cielo azul de mi mar Atlántico.
Cosquillas en la espalda desnuda al
ritmo de una samba.
Corrientes del río que bajan frescas y
claras.
Ropa tendida que se mece a merced del viento.
Recorrido de
los ojos leyendo un breve poema.
Vuelos de hadas nocturnas que acuden
prestas a reunirse.
Campos de espigas ondulando con el viento del
atardecer.
Este es nuestro sonido. Ese, nuestro
movimiento.
@Escritos
Me parece el más armonioso de los sonidos, el que no aturde, el que descansa el alma.
ResponderEliminarMaravilloso, como de costumbre.
Besos, Beatriz.
Son sonidos que se mueven o movimientos que suenan.
EliminarSaludos
Sonidos que nos mecen el alma, vuelos que nos hacen continuar... como la vida misma, que es un constante fluir, y renacer.
ResponderEliminarUn beso.
Sonidos en los que nos metemos sin darnos cuenta y que nos arrullan mientras nos mecen.
EliminarSaludos
Beatriz, pinceladas de color en el lienzo de la esperanza, aunque se adivine una pintura abstracta donde solo el autor encuentre la sinfonía.
ResponderEliminarbello, sereno para encontar la pauta que jamás debe perderse.
Besos querida Beatriz
¿A que dan ganas de abandonarse al movimiento?
EliminarSaludos
Sonidos y movimientos acompasados... Ha sido una experiencia única, Beatriz, te diría que sensorial. Una cadena de sensaciones sutiles y maravillosas. Cierro los ojos y estoy ahí, escuchando... Un beso
ResponderEliminarEscucha y déjate llevar. Es la mejor sensación que podemos tener.
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