La luz caía sobre el porche.
Los reflejos en su pelo brillante parecían
gotas de sol encapsulado.
La calma arropaba el viento, los sonidos, los
colores. Lo envolvía todo, ¡hasta su alma!
La mirada fija en el
horizonte, esperando ver el último fulgor con el que comienza la noche. Y como
dicen que cuando se pone atención en una cosa los demás sentidos tienen que
descansar, tener la vista fija en el póstumo rayo del día le hacía no oír, ni
oler, ni sentir lo que sus manos tocaban.
Hacía un rato que había salido
de casa buscando el frescor del atardecer para leer ese libro que hacía ya un
tiempo que andaba atrapándole su atención y que estaba llegando a su
fin.
Y allí esperaba evadirse de todo lo que le rodeaba, olvidar que
existe un mundo fuera de ella, y sentir que puede volar cuando quiere al cosmos
de su imaginación. Pero ese atardecer rojizo y malva, no le dejó
hacerlo.
Pensaba en los momentos siempre felices en los que la lasitud
acudía a ella mientras observaba ponerse el sol. En las conversaciones que unos
momentos después se producían. En los abrazos recibidos al sentir el primer frío
de la noche que aun no estaba oscura. En los besos apasionados entre palabras
indescifrables que recibía para empezar a sentir las sombras. Y en todas las
horas pasadas en aquella casa a la orilla del mar.
Las risas compartidas,
el sonido característico de las gaviotas buscando parpujas, las lagartijas entre
los matorrales y los escarabajos caminando trabajosamente por la fina arena
dorada, el ulular del viento en otoño, las bromas que siempre hacía sobre sus
rizos, los rayos oblicuos del sol dándoles los buenos días con una caricia
muda….
Se fue el sol y ella vuelve en sí. Despierta de su ensueño
sin saber qué ha estado pensando, ni siquiera quién era ese día: navegante
solitaria, compañera idolatrada, caminante cansada o amiga del
alma.
Y de postre, tú, acercándote a mí despacio con la sonrisa
en tus labios y tus brazos estirados para atraparme sin remisión y hacerme
sentir bajo tu cobijo, la mujer más querida del mundo.
@Escritos
Muchas veces cuando leo tus frases , me haces pensar en cuan bello sientes.
ResponderEliminarGracias por escribir Beatriz
un beso
Ay Gloria. Tener lectores como tú es un gustazo.. Siempre dando ánimos.
EliminarYo creo que todos sentimos bonito, lo difícil es saber expresarlo porque a veces ni siquiera sabemos decírnoslo a nosotros mismos.
Un saludo
Pero que linda que eres, como sabes expresar sentimientos , sensaciones sublime me encantaaaaaa, un beso yyyyyyyyyyyyyy se feliz
ResponderEliminarEsto no sería posible si no tuviera gente cerca que me hiciera sentr así...
EliminarEl amor anida en tu corazón y lo expresas como ese mar en calma. Afortunado el que lo comparte Beatriz
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando el corazón está feliz es fácil que se note. Y si no es así, hay que intentarlo siempre.
EliminarUn saludo
Tienes una sensibilidad muy especial, Beatriz, pero mejor que eso es que puedes transmitirla.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Me quedo, con tu permiso.
Un abrazo.
HD
Permiso concedido, por supuesto.
EliminarMuchas gracias. También a mí me ha gustado encontrarte.
Que bonito y que dulce...
ResponderEliminarMe encanta el título de tu blog
Besos abisales
Ojalá todas las esquinas de las bocas sonrieran siempre.
EliminarSaludos
Leyendo, leyendo, me hubiera gustado estar en el lugar de la protagonista, por el entorno, por su serenidad, por todo.
ResponderEliminarSaludos, me quedaré por aquí.