Me he acostumbrado tanto a ti, que me dolería no tenerte a dos centímetros de mi
cara por la mañana.
Me he acostumbrado tanto a ti, que no entiendo
despertarme a media noche y no sentir tu respiración tras mi espalda.
Me
he acostumbrado tanto a ti, que si no te tengo cerca veo tu cara a mi lado y
siento tu mano que me agarra.
Porque estar contigo es como un paisaje de
ríos y montañas: majestuoso, fresco y lleno de curvas definidas.
Es como
una estampa de la playa: serena, con movimiento constante, y amplia de
horizontes.
Es como una explosión de pétalos de distintos colores en
armonía.
Es como sentirte observada por unos ojos que sólo te dicen
cosas al alma.
Es como calmar la sed tras la batalla con la más fresca de
las aguas.
Es como caminar bajo un cielo oscuro pero con la guía
infalible y brillante de las estrellas lejanas.
Es como saber que nunca
me voy a volver a sentir dolida y abandonada.
Es, en fin, como la vida que sueño cada noche
cuando te pienso y, para que no se escape, lo escondo debajo de la almohada.
No sé si exagero, si es sano o bueno sentir como siento. No sé si soy una ilusa. Solo sé que, por ahora, me gusta esconder mi sueño.
@Escritos
Cuando estás con él es como si tuvieras el cielo en tus manos.
ResponderEliminarPrecioso texto has escrito.
Un beso.
Sentir como sientes, soñar lo que sueñas es cuanto menos bonito. Un abrazo
ResponderEliminarMi querida Beatriz, soñar o vivir en tu sueño, vivir soñando o soñar que vives que más da, guarda bajo tu almohada tu forma de sentir porque es algo tan bello ... amas tanto y tan lindo ....
ResponderEliminarRcibe un fuerte abrazo cariño