Comienzo la mañana perezosa, buscando un hueco entre tus hombros. Un beso de buenos días en forma de rayo de sol se cuela entre las láminas de la persiana mientras, fuera, las nuevas flores alegran la brisa tras la ventana.
En mis quimeras te siento cerca. Oigo tu risa mientras me miras y huelo el aroma que te acaricia.
Si despierto y no te encuentro, vivo un momento de desconcierto que se pasa cuando pienso que en mis sueños te tengo preso. Porque soñar es libre; no se ciñe a ninguna norma.
Y mientras sueño, veo unirse los colores de las témperas a la vez que una extraña música me acuna. Recuento los granos de arena fina y no fuerzo a mi espíritu a que se explique ni defienda para no ser aplastada por el peso de mí misma.
Me gustaría dejar mis sueños a los que me siguen; hacer escaleras que no lleven a ninguna parte para llegar al cielo; tener la dicha de ver la mirada de esos ojos que esperan poder abrazarme; andar un camino que no tiene base ni techo porque solo es el destino; sentir el pánico que me provoca tener toda una vida por delante.
Porque después de todo, ¿qué soy, más que un sueño con los pies en el suelo?
@Escritos
Me emocionas. Soñar es necesario cuando para pintar una ausencia. Un abrazo
ResponderEliminarEres un ser sensacional , o a mi me lo pareces, solo amando con locura se consigue escribir como tu lo haces.
ResponderEliminarAbrazos Beatriz