Recuerdo aquellos días en los que mi magia de pacotilla lanzó al aire un conjuro
de felicidad…y se instaló en tu espalda. Y la recorría despacio, haciendo
cosquillas y en algunos puntos, con más fuerza, curaba tensiones del día a día.
Aires de fiesta, muchas palabras, tiempos de risas, ríos de
plata.
Nunca he querido poseer nada. Nunca he querido atrapar ningún
alma. Solo compartir lo que me hace feliz sin que tengan que encenderse
alarmas.
Sentimientos sin sentido, si no tienen a su lado esa chispa de
ilusión que me levanta cada mañana: escucho campanas, veo reflejos en las
ventanas, oigo tu voz cantarina y siento en mis manos la suavidad
tranquilizadora de tus caricias.
Porque si yo fui capaz de hechizarte
aquel día, tú me has devuelto a la vida; una vida que es mía y que sabe que sólo
dando, puede estar viva.
Nada me turba, nada me espanta, y no tengo
miedo a seguir por donde venga el viento. Porque no quiero comprender demasiado
tarde que perdí toda una vida, solo por miedo a vivirla.
Despacio, cuando te llega la señal invisible de que el alma llora aunque en la cara se pinte una sonrisa, vuelas sin hacer ruido a serenar los ojos que tililan.
Mis labios te buscan para sellar el presente.
El mañana no sabemos si existe.
El ayer se quedó atrás, y
te enseña
que hay que aprovechar todo lo que aprendiste.
Porque todo lo que somos es polvo en el viento.
@Escritos
jueves, 27 de noviembre de 2014
viernes, 14 de noviembre de 2014
Dame la mano
Aprendes a andar lentamente, paso a paso, y vas afianzando tu caminar. Y cuando ya sabes avanzar con convicción, puedes aprender incluso a correr.
Y a veces vacilamos al dar un paso y parece que perdemos el ritmo de la marcha. Ante esto, no hay más que seguir andando. Y aunque desde atrás se nos vea dando tumbos, es importante que lo hagamos; un pie detrás del otro, una pisada y otra, un esfuerzo aunque inconsciente sin descanso. Porque estamos recorriendo el camino que nos lleva más allá del arco iris.
Hoy quería que supieras que en este viaje, me gusta llevarte al lado. Me gusta saber que estás ahí para darme tu mano cuando me canse, cuando me caiga, o simplemente, cuando me apetezca estar bien y sentir la calidez de tu palma en la mía.
Dame tu mano, siente el calor que transmite la mía, párate conmigo a la vera de este camino que estamos explorando y disfrutemos del paisaje colorido. Que lo que entra por tus ojos se traspase a los míos; que lo que tú oigas sea lo que yo percibo; que cuando tú inspires, mi respiración se ajuste perfectamente a la tuya; que lo que tú sientas llegue hasta mi corazón con impulsos mágicos; que lo que sueñas para ti, sea parte de mi realidad.
Porque queramos o no, al darnos la mano, el contacto entre tu piel y mi piel será la corriente que nos una.
@Escritos
lunes, 3 de noviembre de 2014
Disfrutar
Quiero compartir contigo las mañanas que despiertan sinuosas, a golpe de luz tamizada sobre la almohada.
Unirme a la música que provoca el viento que se cuela por el balcón cuando abres las ventanas.
Oler tu cuerpo mientras la cafetera escupe su aroma.
Sentir mis manos recorriendo tus buenos días y notar mis roces como inicio de tu vida.
Quiero mirar el movimiento de tu sombra entre las flores del jardín mientras recoges los colores que se desperdigan.
Medir tu tiempo en besos y regalarte mis minutos de suaves caricias sin caminos.
Cobijarme entre tus brazos mientras tú me proteges sin tocarme.
Vivir la cordura de tus nuevos sueños sin sentido.
Quiero disfrutar de una sonrisa ladeada mientras me desnudo.
Descubrir en el brillo de tu mirada un arcoíris de sentimientos dormidos.
Someterme a tus deseos abandonándome a mis gemidos.
Ser parte de tu gozo y de tus escalofríos más imprevistos.
Quiero ser más que una presencia al otro lado.
Poder traspasar la línea de lo más sagrado.
Sentir que lo que ofrezco se aprecia como el buen vino.
Quiero comunicarte mis dudas, mis risas y mis alegrías.
Y sentir que las tuyas son mías.
Unirme a la música que provoca el viento que se cuela por el balcón cuando abres las ventanas.
Oler tu cuerpo mientras la cafetera escupe su aroma.
Sentir mis manos recorriendo tus buenos días y notar mis roces como inicio de tu vida.
Quiero mirar el movimiento de tu sombra entre las flores del jardín mientras recoges los colores que se desperdigan.
Medir tu tiempo en besos y regalarte mis minutos de suaves caricias sin caminos.
Cobijarme entre tus brazos mientras tú me proteges sin tocarme.
Vivir la cordura de tus nuevos sueños sin sentido.
Quiero disfrutar de una sonrisa ladeada mientras me desnudo.
Descubrir en el brillo de tu mirada un arcoíris de sentimientos dormidos.
Someterme a tus deseos abandonándome a mis gemidos.
Ser parte de tu gozo y de tus escalofríos más imprevistos.
Quiero ser más que una presencia al otro lado.
Poder traspasar la línea de lo más sagrado.
Sentir que lo que ofrezco se aprecia como el buen vino.
Quiero comunicarte mis dudas, mis risas y mis alegrías.
Y sentir que las tuyas son mías.
@Escritos
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