miércoles, 27 de noviembre de 2013
Mimosa
Noche cerrada, ruidos amortiguados, sombras que recortan el paisaje, aire pesado y nublado.
La ciudad duerme a ratos.
Con los ojos pesados por el cansancio, se relaja.
La respiración se acompasa con los sonidos de la madrugada.
Silencio, oscuridad, paz y relajo.
A lo lejos, se oye un rumor de cascabeles desentonados.
Las ventanas encienden sus luces como si fueran estrellas cercanas.
La vigilia se apodera de las miradas.
Luces verdes, rojas y anaranjadas bailan una danza velada.
Todo en calma.
Cuando el sol despierta la mañana, la vida se abre paso entre las almohadas blandas.
Retiro la noche de tu cara a golpe de besos suaves y frescos.
Con tus manos aun dormidas acaricias mi espalda mansa.
La corriente me traspasa y la sorpresa se instala en mi pereza temprana.
Susurros, reflejos, nervio y vida.
Es mediodía en la cama y aún no ha amanecido tras las ventanas.
@Escritos
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Tras las ventanas no ha amanecido pero si en dos cuerpos que se aman.
ResponderEliminarUn abrazo,
Que bonito, retirar la noche de la cara. Me ha encantado, mucho. Un abrazo
ResponderEliminarTus palabras son vitaminas para el alma, mi siempre amiga, mi poema de amor
ResponderEliminar¡Qué lindo! Me encantó...
ResponderEliminarSaludos
Estoy de acuerdo con ANÖNIMO, eres todo ternura, me encanta venir a tu casa y leer lo que describes con tanto cariño y amor.
ResponderEliminarEres un bello conjunto de sentimientos maravillosos que transmites con una pureza abrumadora .
Te mando un besote lleno de buenos deseos