lunes, 6 de agosto de 2018
Canto
Te di mis horas de sueño
Te di mis oídos enteros
Te di mis risas y mis miradas
Te di toda la ternura que tenía guardada
Te di mi apoyo más fiel en las horas más bajas
Te di mis mejores sentimientos transformados en palabras
Te di mi secreto más oculto que me atenazaba el alma
Te di mis canciones al oído
Te di mis más bonitos sonidos
Te di mi comprensión y mi aliento
Te di mi amistad decidida
Te di mi ilusión por el mañana
Te di mi generosidad
Te di mi despertar sosegado
Te di mi discreción
Te di mi paciencia
Te di mi inteligencia
Te di la tranquilidad de mi inocencia
Te di todo eso que yo tenía y, a cambio, tú me diste la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una anáfora generosa y muy bella. Saltos y brincos
ResponderEliminarParece que falta algo al final. Como si en vez de Canto el titulo tuviera que ser Desencanto.
ResponderEliminarMe hace pensar que quien no es reconocido no es valorado.
Quien no es valorado se adentra en el abismo de la “no existencia”.
Quien no encuentra valoración a sus esfuerzos acaba deshilanchándose como una tela que no puede dar más de sí. Y no importará su fortaleza o su belleza, porque también las buenas personas pueden acabar rompiéndose.
Espero que todo eso que diste te lo devuelvan multiplicado, porque te lo mereces.