Ayudarte a preparar una tempura japonesa midiendo la temperatura del aceite con los trucos que conoces.
Recibir cada mañana los buenos días, envueltos en besos dulces.
Que me quites el libro que se me durmió encima porque mis brazos se relajaron del todo.
El olor a salitre de la ciudad en invierno.
Pintar una sonrisa en tu cara.
Sentarme al sol del invierno cálido y recibir su calor en mi cuerpo.
Verte dormir a mi lado.
Leer sentimientos acompañados de música suave.
Disfrazarme de diablillo y pincharte con el tridente.
Sentir que mi corazón late contento.
Los momentos de risas cómplices con los niños.
Amar de madrugada.
Evocar la felicidad de momentos pasados, a veces con lágrimas en los ojos.
Tenerte a mi lado cuando necesito tu mano.
Plasmar en letras lo que sólo tenemos en la mente.
Poner mi color en tu vida.
Que me comas a cachitos cada noche.
Perderme en nuestro paraíso particular.
Conocerte cada día un poquito más.
Oir el sonido de la trompeta tocándole al tiempo de verano.
Bailar una samba mientras te beso.
Desear que mis deseos se conviertan algún día en realidad.
Ser un instante en la vida de los demás.
Cachitos de felicidad, uno encima de otro, uno al lado del otro. Cachitos de felicidad unidos que hacen que los momentos aislados se puedan transformar en algo sólido.
Ese es mi secreto: descubrir los trocitos de felicidad allí donde muchos no ven nada.
(Vídeo de Javi López)
@Escritos