martes, 20 de mayo de 2014
Anudados
Las letras que buscas, dicen lo que llevo dentro. Son letras grabadas a fuego en mi corazón que me permiten, mientras paso los dedos por ellas, explorar el relieve de cada uno de los recuerdos.
Me es fácil después del tiempo volver a sentir el calor que desprenden tus ojos al sonreír y la luz de tus labios mientras me miras.
Me es fácil, al oir tu respirar pausado, traducir lo que tu cuerpo quiere aunque tu mente no se atreva a decirlo con palabras, y menos a transformarlo en actos.
Cuando mi voz descansa, y sin pudor pongo en ti mi atención, leo tus pensamientos, o más bien los invento para que todo tenga el tempo elegido.
Tú piensas en mi mirar mi espalda, yo en subir montañas prohibidas, en llegar a la cima. Porque no quiero hacer un larguisimo recorrido, sino llegar pronto a mi destino. Porque me da miedo quedarme en el camino.
Quiero buscarte entre las nubes y, al aterrizar, encontrarte al otro lado del mantel de lino.
Y en la línea que separa el mar del cielo, la tierra del aire limpio, en ese horizonte que miro siempre es donde descubro que sigues en mi vida aunque cierres los ojos a lo que sin saberlo hemos querido.
Lento, suave, cálido y sentido, un beso tuyo se posa en mi oído y redobla dentro de mí una noria de colores que me ayuda a concebirnos, a tallarte en mi pensamiento, a recordarnos, a vivirnos como si estuviéramos piel con piel, incluso cuando estamos lejos.
De nuevo oigo aquel hasta mañana, y vuelta a empezar bajo el susurro del sonido mágico de tus dulces palabras.
@Escritos
martes, 6 de mayo de 2014
Tu nombre
Hoy lo
primero que quería hacer era darte los buenos días.
Porque,
en el cuaderno que tengo en la mesilla esperando llenarse con los sueños de la
noche, solo he podido escribir una palabra:
tu nombre.
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