jueves, 31 de octubre de 2013

Cómo me alegro de que te dieras cuenta


Tiernas miradas se han encontrado en la noche estrellada.
Bonitas palabras han salido de tu boca encarnada.
Reflejos de amores sentidos y escondidos bajo la almohada.
Anuncios de lugares paradisiacos donde no hay parada.


Acaricias su cuerpo con las palmas de tus manos, donde se acumulan días y días de deseos innombrables.
Das rubor a sus mejillas que se han quedado sin color del susto de tenerte por fin cerca.
Pintas con tus dedos cada una de sus líneas que tantas veces imaginaste y que aunque no son perfectas, hacen de ella una preciada anfitriona.
Susurras con mimo su nombre, disfrutas del olor de tenerla cerca, saboreas sus besos como verdadero manjar de los dioses.


Y en el descanso de la noche recuerdas también aquellas generosas caricias, las risas incontroladas a los pies de la cama, las conversaciones dirigidas de alma a alma, las letras de los versos escritos sin palabras, los gritos que se escapaban cuando abandonabas por un momento tu condición humana.




Todo está en silencio, oscuro y fresco.
Por mucho aire que entre, la esencia de su aroma impregna toda la estancia.



Y así es como fue, es y será, pese a quien le pese.









@Escritos

lunes, 28 de octubre de 2013

Por qué



Hoy es lunes.

Un lunes de esos de los que hacen honor a la fama (mala) que tienen estos días de la semana. Cuando tengo uno de esos días me acuerdo de los Boomtown Rats, a quienes no les gustaban los lunes (compruébalo aquí), y sí por ejemplo, los miércoles o los sábados (aunque creo que los sábados nos gustan a todos).

Y como esta duda, se me plantean muchas a lo largo del día; unas de cosas cotidianas y otras relativas a nuestra condición de pensantes y “sintientes”. Pero cada uno duda de lo que duda.

Estas son algunas de ellas:

Por qué de noche todos los gatos son pardos

Por qué expresamos más fácilmente la ira que el amor

Por qué si te miras al espejo, te ves al revés

Por qué amamos sin medida a nuestros hijos

Por qué los perros mueven el rabo cuando están contentos

Por qué hay quien se cree superior a los demás, si el sol sale para todos igual

Por qué cuando nos dicen que hagamos un dibujo, pintamos casas, árboles, montañas, soles y nubes (o, segunda variación, mares, barquitos, soles y nubes)

Por qué no salimos a la calle con una sonrisa tatuada
Por qué cantamos en la ducha

Por qué guardamos nuestro amor en cajas de 7 cerrojos

Por qué el césped es verde (ya, ya se lo de la clorofila pero igual podía ser rojo o azul…o naranja)

Por qué nos ocupamos tanto del cuerpo y tan poco del alma

Por qué vuela un avión, ¡con lo que pesa! (también sé lo de la aerodinámica)

Por qué sabemos hablar idiomas y sin embargo no entendemos nada cuando nos hablan de sentimientos

Por qué tenemos miedo de la oscuridad, si no se ve nada (¿será por eso?)

Por qué queremos ser los primeros y los únicos, si compartir es lo más bonito

Por qué la plata se ensucia

Por qué un abrazo nos da tanto calorcito humano

Por qué nos gusta tanto el chocolate

Por qué no se pueden hablar las cosas tranquilamente

Por qué el cielo es azul (y ese, que no sea de otro color, por favor)

Por qué la gente se empeña en ser como no es

Por qué cuando en un restaurante hay una mesa solo de mujeres, se nos oye tanto (lo siento, pero es así )

Por qué queremos a las personas que queremos



Y la última duda de las que voy a poner…(y que no quiere decir que no tenga más)



¿¿¿Por qué me pregunto siempre los porqués de todo??? (
¿Será porque es lunes?)






Y tú...¿qué porqués te preguntas?






@Textos

lunes, 21 de octubre de 2013

El amanecer del día


Darabita revoloteaba nerviosamente sin saber dónde posarse.
 
No es que necesitara pararse, porque las hadas pueden estar en movimiento continuo, pero se notaba que el suyo era un vuelo perturbado.
 
Estaba a 844 metros sobre el nivel del mar, haciendo pasadas por encima de esa atalaya andalusí de vigilancia que llevaba allí desde el siglo IX, sin entender muy bien qué hacía allí. No era el lugar programado.
 
Hacía unos 8 meses le habían dicho que, hacia la luna nueva de noviembre, tendría que hacer un servicio. Pero aunque aún no había llegado ese momento, ya estaba recibiendo mensajes que le indicaban que debía ponerse en movimiento.
  
 
- ¡Pero si ni siquiera hemos pasado la luna llena de octubre!
- Bueno Darabita, son cambios de planes que a veces ocurren con los humanos.
 
Hay que decir que, aunque Darabita era un hada experimentada, hasta ahora nunca le habían encargado ocuparse de un retoño humano que se asomaba al mundo. (Porque por si no lo sabéis, la función primitiva de las hadas era aparecer en la casa donde iba a tener lugar un nacimiento para proteger a la parturienta y regalar un don al recién nacido).
 
Este había sido un encargo personal de alguien a quien le hubiera gustado estar presente en ese acontecimiento. Pero como él no podía estar, sabiendo de la especial relación de Darabita con la familia, se lo encomendó especialmente.
 
A las 11 de la mañana de un 18 de octubre, fuera del tiempo y del lugar inicialmente programados, Darabita hizo el primer regalo de su vida a un humano.
 
De pronto, se hizo la luz para la niña, que pasó de su pequeño y tranquilo nido a un mundo lleno de ruidos. Seguro que ella, asustada, pensó qué estaba pasando, por qué la sacaban de su dulce sueño y por qué tantas manos la tocaban a la vez. Hasta que Darabita, revoloteando de forma callada, le tocó la frente en forma de beso suave y le dejó el don que llevaba tanto tiempo preparando:
 
Sería capaz de reír y soñar un mundo de estrellas, de hadas, de duendes, un mundo feliz.
Un mundo de besos, de amores, de sonrisas de colores.
Un mundo de juegos, de letras, de mares con ballenas y castillos de arena.
De arrullos, de dulces, de labios de fresa, de hechizo en forma de piruleta.

Con este don, Clara encontrará la magia en cada uno de los detalles a su alrededor: cuando observe el cielo, contemple la luna, escuche a los pájaros, disfrute del aroma de las flores, cuente las estrellas, se deje mojar por el mar y sobre todo, cuando sueñe despierta mirando las nubes sobre su cabeza, en las que Darabita estará todas las noches escondida.
 
Mientras, en el cielo, habrá alguien feliz y orgulloso que sin separarse de ella nunca, cuidará de que no le pase nada, protegiéndola.
 
   
 
El amanecer de una vida es tan espectacular que no se puede explicar ni aunque uno quiera. Encierra una magia tan especial que ni siquiera las hadas son capaces de contar lo que se siente al ver por primera vez a quien, tan pequeño, mueve ya los hilos de muchas vidas.







@Escritos

martes, 15 de octubre de 2013

Cuentecillo para antes de dormir: el genio


 
Érase una vez un genio travieso, de esos que llevan en la lámpara millones de años pero siguen siendo juguetones como niños pequeños.

 

No era consciente de toda la magia que tenía dentro, porque se negaba a sí mismo la oportunidad de salir de la seguridad del latón envejecido.

 

Solo las noches de luna llena, cuando todos dormían, se quitaba las babuchas y estiraba las piernas vestidas de seda roja.

 

El turbante desliado le servía para atar 4 ó 5 estrellas que le hacían de linterna. Y con el felpudo se procuraba una alfombra mágica que, volando, le llevaba a colarse en los sueños de las niñas bonitas del reino.

 

Y las caritas de ilusión que se veían por la mañana, solo eran el reflejo de la satisfacción del genio por ser capaz de salir de la comodidad de su agujero para entregarse a la felicidad que da la naturalidad de ser auténtico.

 

¡Dulces sueños!
 
 
 
 
 
 
Inicio una serie de cuentecillos para antes de dormir que no pretenden más que prepararnos para poder soñar...aunque sea despiertos. 
 



 
@Cuentos
 

viernes, 11 de octubre de 2013

Fantasías animadas


Completo mi historia con recuerdos dormidos que salen a la luz cuando fuera está oscuro.

Doy saltos en la cama, subo las piernas y los brazos sin ritmo, oigo tu carcajada sonora y río de pura alegría, para acabar con un suspiro que suena a ramo de quimeras sin sonidos.

Y de pronto cierro las puertas. Esas puertas que me dan vida porque me hacen ver estrellas donde sólo hay bombillas. Entro en el mundo de los sueños y oigo lo que no me atrevo a decir, veo lo que no tiene sombras y digo lo que nunca supe que sabía.

Sé que puedes ser feliz con un poquito de cariño y una pizca de amistad sentida; oyendo una voz amiga que te inunda de amor a trozos; leyendo dos mil palabras que se acumulan sin amontonarse; viviendo con pasión lo que algunos creen indiferente; sabiendo que no hay que perder la vida por miedo a perderla; volviendo a buscar los besos y una caricia en el alma.

Vuelven los recuerdos a jugar al escondite, salen de paseo las brujillas de los cuentos, entran los duendes de la utopía, y juntos recorren el camino de baldosas amarillas.



La tarde cae plomiza, la lluvia amenaza el ocaso y vuelve a abrirse paso la noche.

En la cama, sola, piensas en aquellos días en los que soñar no era vida sino una pura fantasía.


Y te das cuenta de que hoy la vida te rebosa a manos llenas cuando miras con sus ojos, andas con sus pies y sientes con su corazón. Porque no hay nada como vivir la vida en buena compañía.












@Escritos

lunes, 7 de octubre de 2013

Las dos caras


¿Es que una luna a medio recargar es menos luna que una llena?

Cuando nos maravillamos de esa luna redonda, plena, de color indefinido entre el blanco, el amarillo y el plata que nos produce tantos suspiros y un estado de romanticismo incrustado en el pecho, no pensamos que es la misma luna que en los catorce días siguientes estará desinflándose hasta casi desaparecer de nuestra vista cuando se esconde –nueva- entre la Tierra y el Sol y vuelve a salir de su escondite para volver a ser vista –llena- otros catorce días después.

Hoy mirando al cielo, a tu cielo, he visto una luna creciendo con apenas un hilo de plata en el que me han dado ganas de sentarme contigo al fresco de la noche con los pies colgando.

He visto perfectamente con estos ojos, una estrella colgando de la punta que nos iluminaba mientras tranquilamente respirábamos abrazados.

He vislumbrado el círculo entero imaginando que en la parte oscura jugamos tú y yo al escondite, nos agazapamos para besarnos y descansamos después de entregarnos.

Porque no siempre brillamos como una luna llena y, sin embargo, nuestra parte oscura nos proporciona belleza en contraste con la luz.



Hoy te noté apagado. Vi tu parte oscura y me seguiste gustando. Reparé en una luna que no se veía completa aunque lo estaba; que tenía un reflejo que me hacía verla en forma de D cuando yo sabía que realmente era como una O bien redonda; que me hizo pensar en ti y en la lucha entre tu luz y tu sombra; que me dio la certeza de que aun estando a medio gas, seguimos siendo soles con la posibilidad de deslumbrar.


Y miro esa luna que atrae las mareas de mi pensamiento; que altera el ánimo de mi alma; que ilumina los caminos oscuros de mi campo a través; que se cambia a mi vista según la iluminación que presente; que me susurra al oído “ven conmigo, que te anhelo” y le digo: espérame, que voy contigo a donde tú vayas.


Estás entre luz y sombra, te miro y sólo puedo ver la parte que refleja el sol y sin embargo, sé que eres una luna perfecta.










@Escritos

viernes, 4 de octubre de 2013

Al paraíso


Entre aleteos de pestañas soñolientas, mis ojos no dejaban de observar tus rápidos movimientos.

Tu garganta quería acercarse a mi oído para iniciar ese ritual de risas que se oyen más allá de las paredes y que me deja sin aliento porque procuro que no me lleguen, aunque siempre sin lograrlo.

Mientras, tu barba raspa mi cara.

Nervios porque no puedo dejar de reírme.

Y a la vez que mis manos procuran alejarte sin conseguirlo, no quiero que me dejes tranquila porque disfruto de la sensación de jugar como cuando era una niña.



De pronto, no se sabe muy bien por qué, nos trasladamos a la jungla. Aparece la pantera salvaje que ruge encima de su presa mirándola con esa mezcla de fuerza y ternura.

La bata de fresca seda se abre y deja entrever la piel morena y recién duchada. La algarabía de antes da paso a suaves gruñidos que pronto se transforman en ronroneos felinos.

Los músculos antes tensos, se relajan.
Las carcajadas dejan paso a la tímida sonrisa.
Los intentos de mordiscos se convierten en rápidos y dulces besos.
Los mismos brazos que te intentaban apartar hace un rato de mi cuerpo, te rodean atrayéndote sin remedio.

Coges mi cara y miras el brillo de mis ojos encendidos.

Y con voz grave me dices: ¡vámonos al paraíso!







@Escritos