jueves, 31 de enero de 2013

El faro

Desde mi blanca torre rodeada de mar te escribo esta carta.
No puedo dormir y en algo hay que ocupar el tiempo, y qué mejor que dejar que salgan de mi cabeza en forma de palabras escritas esas cosas que siempre te he querido decir y nunca hice.

El sonido del mar entra por mi ventana aunque no quiera. Me arrulla para que duerma, pero no lo consigo. Así que me entretengo contando las estrellas y les voy poniendo nombre empezando por Orión que ya he logrado, con mucho esfuerzo eso sí, identificar. Porque aunque tú me dijeras que sus estrellas brillantes son visibles desde los dos hemisferios y que es la constelación más conocida del cielo, yo no era capaz de encontrarla, hasta ahora. También tengo que decirte que los nombres que no sé, me los invento y como no lo escribo en ningún sitio sino que se quedan en mi imaginación no quedan mal del todo.

Mientras me entretengo en eso, parece que siento tu presencia junto a mí. Tus manos que guían las mías hacia el norte, tus ojos que buscan con anhelo el brillo de los míos al encontrar una estrella perdida, tu aroma cuando acercas tu cabeza a la mía para darme el ángulo de visión, tu sonido cuando me susurras bajito y despacito cada uno de esos extraños nombres…

Y pienso si realmente alguna vez te tuve cerca como yo me imagino que fue, o sólo eres un espíritu vagando por mi mundo que no llegará a tocarme jamás.

A veces te siento como un bello sueño del que no quiero despertar porque todo es fantástico e ideal. Otras noto tu lejanía porque tenemos vidas muy distantes. Otras me llamas a tu lado y no puedo dejar de correr hacia ti…y hay veces que ni siquiera sé si existes o son imaginaciones mías. ¿Me estaré volviendo loca?.

Vivir en un faro, tiene un tinte muy romántico. Te aíslas, vives la naturaleza, la soledad y la noche en toda su magnitud. Y es lo que yo he elegido, así que no me puedo quejar. Pero a veces es duro saber que fuera de aquí hay una vida que me pierdo, ilusiones incumplidas y ganas contenidas.

Ya sabes que no me lamento, que me siento muy bien viviendo en esta estancia del solitario acantilado que deja abajo unas aguas a veces bravas, y a veces quietas como un plato...pero siempre agua, mucha agua, que es mi elemento natural. Y sabes (porque te lo he contado ya muchas veces) que me gusta subir por la escalera de caracol hasta lo alto del faro y cegarme viendo cómo la potente luz hace su función de guía de los marineros.

Esa escalera que acaricio y que representa la espiral de la vida; que tiene un comienzo y un fin y que no sabe cuántos peldaños tiene. Porque las escaleras no saben cuántos peldaños tienen, no saben siquiera que son escaleras y para qué sirven….pero ahí están y hacen su función.

Y me preguntas repetidamente qué hago aquí aislada, cómo puedo no enloquecer. Pues….paso mis días leyendo, escribiendo, cuidando el pequeño jardín y hablando con el mar cuando me quiere oír. Porque a veces, si se enfada, no quiere que le hable y le cuente cuánto sufro por no tenerte cerca. Otras, mientras tengo la mirada perdida en el vacío le digo muy bajito que quizás algún día, tú y yo volemos separados y en direcciones opuestas. Pero que seguro que nos encontraremos, como ahora, leyendo las estrellas.





Es muy tarde.
Casi amanece y yo sigo dejando que se vacíe mi mente.

Y desde mi cuarto oscuro en medio de la gran ciudad, sigo imaginando que en algún lugar del mundo puede haber alguien a quien yo, si viviera en un faro, pudiera mandarle esta carta.
Ahora, me encuentro protegida por el simple hecho de tu presencia en mi vida y por el abrazo que supone que, con tu sonrisa, me desees cada mañana los buenos días.



Dedicado a todos aquellos que se sienten solos.









@Escritos

miércoles, 30 de enero de 2013

¡Vámonos ya!

Vámonos al oeste…al sueño, a la aventura, al país de la ilusión.

Miradas furtivas, sonrisas tímidas, palabras oportunas, olores desconocidos, colores atrevidos, sonidos encendidos.

Tu voz y la mía hablarán sin intermediarios mientras por las esquinitas de nuestros labios asomarán los besos escondidos.

Nuestras manos temblarán al juntarse, la fricción de piel con piel provocará corrientes, nuestros cuerpos bailarán sin descanso al son de un cálido pero enérgico abrazo.

Gastaremos el aire al respirar, hasta que logremos acompasar nuestro ritmo; lento primero, acoplando huecos después, constatando el sentir de tu mente y la mía bajo el roce de los cuerpos, avanzando hacia el sumun del goce a pasos agigantados.

Las palabras tendrán voz, tono y expresión y no necesitarán acompañarse de imágenes, porque llevaremos puesta encima nuestra propia fotografía.

Los besos -dados con mayúsculas- se transformarán en hipérboles contactos de nuestros labios.

La chispa de los ojos podrá iniciar de nuevo la llama. Y nadie podrá hacer nada para apagar el incendio que nos consumirá.

El mundo será infinito hacia adentro; fuera no importa lo que pase.



¡Anda, venga, vámonos al oeste!…al sueño, a la aventura, al país de la ilusión.








@Escritos

martes, 29 de enero de 2013

Solo imagina

Imagina que el sol entra a mirarse en tu espejo y te sonríe

Imagina que paseas por un prado lleno de brillantes colores

Imagina que vas por la calle a lomos de un elefante azul

Imagina que en lo alto de una cofa gritas….¡tierraaaaaaaaaa!

Imagina un paseo por el fondo del mar hablando con la señora ostra

Imagina que un árbol te da sombra mientras lees un libro

Imagina ser una auténtica princesa (príncipe) en el antiguo Egipto

Imagina que de pronto oyes la sinfonía inacabada que guardabas en el cajón

Imagina que el mar te canta una melodía para que te duermas


Imagina un beso a escondidas

Imagina un recuerdo envuelto en una caja con un gran lazo rojo y oro

Imagina vestirte con un sari de colores y bailar en la calle

Imagina un baile acompasado de delfines

Imagina un puente que llega hasta la gente que quieres

Imagina un bosque lleno de duendes y hadas

Imagina una playa con solo arena y agua

Imagina una estrella fugaz que se posa en tu ventana

Imagina las palabras que tu amado te susurra al oído


Imagina ascender el Klimanjaro mano a mano conmigo

Imagina una reunión de mariposas coloreadas

Imagina lo que puedes encontrar al final del arcoiris

Imagina siete vidas y las siete conmigo

Imagina una canción vestida de primavera


Imagina una taza de café mientras nos miramos a los ojos callados

Imagina dormir una siesta sobre una gran nube blanca

Imagina tener como amigo al Rajá de Kapurthala


Imagina un gran ramo de flores esperándote en tu puerta

Imagina un racimo de globos que te suben hasta el cielo


Imagina una suave caricia debajo de las sábanas

Imagina a un superhéroe que te salva del malvado


Imagina que la luna, cada día es de un color

Imagina un dragón mágico que vive en Honah Lee



Porque la imaginación es el camino que te puede llevar al paraíso.


 


Y ahora…….Imagina lo que te digo al oído







@Escritos

lunes, 28 de enero de 2013

Muerte cruel

Al principio, se enfadó porque la dejó sola.

Repetía una y otra vez:
- ¿Cómo has podido hacerme eso? ¡Después de tanto tiempo! Y hacerlo así, sin avisar….

Tuvo que aprender a pasear sola por la calle, a conducir sin copiloto, a decidir dónde pasar las vacaciones, a dormir en el vacío de una gran cama, a dar las buenas noches al aire sin escuchar nada.

El tiempo, aunque despacio, fue pasando y se acostumbró a esa compañía callada. La presencia estaba en mil detalles, y sobre todo, en tres preciosas caras. Los recuerdos eran dulces; nunca eran fantasmas.

La vida continúa, las cosas cambian, y lo único posible es seguir andando a buen paso; vivir la propia vida, abrir al mundo el alma.

Pero aún hay días en los que paseando sola por la ciudad, bajo las luces de las farolas y el movimiento incesante de gentes que van y vienen, va llorando lágrimas calladas.

Piensa que quizás, con su vida afortunada, es lo único por lo que puede sentirse desgraciada y por eso son las únicas lágrimas aceptadas. Porque hay gente que no ha perdido, pero no ha tenido nunca nada.


Pasaron los años y con ellos muchas historias: unos vinieron y se fueron; otros se fueron y volvieron; otros están esperando a las puertas del reencuentro; pero aún hay esperanzas porque al menos no murieron.



Y cuando piensa en él y en la ruptura del tiempo que compartieron, ya no le echa la culpa.
Ya no se siente abandonada.
Ha comprendido que se fue sin quererlo. Que la muerte viene y no pregunta si quieres acompañarla.


Peor es el que muere en vida por no esforzarse en desnudar su alma o por no querer renunciar a nada.







@Escritos

domingo, 27 de enero de 2013

Sed de ti

Tengo sed de tus abrazos, de tus ganas y de tu regazo.

Tengo el agua que necesito cuando me acerco a tí y entre susurros me dices cuánto me quieres.







@Escritos

sábado, 26 de enero de 2013

Rojo transparente


Poema hecho con color.

Color rojo, transparente a la luz del atardecer que a la vez que refleja vida, y que recuerda el ocaso.

El fin de la tarde me sopla en el cuello con un viento fresco, ese aire que se agita antes del crepúsculo y que me provoca un escalofrío.

Nos miramos fijamente el uno al otro, a la vez que observamos el rojo pasión del árbol que separa dos mundos. Tomas mi mano, me susurras palabras al oído, me calientas con tu abrazo y de una forma u otra, estoy contigo.



Cuando el sol se pone y el rojo se torna granate, mis ojos se llenan de lágrimas; quien me abraza mientras llega la noche, dentro de mis sueños de octubre ya se marcha.

Son lágrimas dulces, como tierno es el recuerdo. Son instantes de dicha porque aunque no estés, guardo el olor de tu cuerpo y el calor de tu abrazo.

Y aunque realmente nunca hayas venido, en mis sueños de octubre pasas las horas conmigo.



……Y traspasamos la fiebre a la noche…..









@Escritos

viernes, 25 de enero de 2013

Las prisas

Las prisas a veces nos hacen ir por la vida sin pararnos ni a pensar.

La velocidad que nos imponemos nos ayuda a olvidarnos de lo que queremos esconder.

El ajetreo de las ciudades nos envuelve y nos empuja sin darnos cuenta.

La falta de tiempo transforma la amistad en relaciones esporádicas.

La velocidad de los acontecimientos nos impide profundizar en ellos.

El trabajo diario nos ocupa la mente y desatendemos las necesidades del alma.



Bla, bla, bla…….



A veces pienso….¿todo esto no será una excusa?


Si queremos, siempre podemos sacar tiempo para sentarnos a descansar, para dedicarnos a pensar, a disfrutar de nuestros amigos, de nuestra familia, de nuestras aficiones, de nuestra ciudad, de nuestro arte. Y sobre todo, tiempo para pensar.

Y hacer que nuestro día tenga un rato, por pequeño que sea, para dedicarle a nuestra tranquilidad, para simplemente disfrutar de la quietud y el sosiego y observarnos un poquito más. Vivimos las 24 horas con nosotros mismos y a veces somos las personas a las que menos conocemos.

Que el ritmo de vida que nos ha tocado vivir no sea una disculpa para pararnos a descansar. Y en el descanso, conocernos un poco más, cuando busquemos en el corazón, y en silencio oigamos esa voz.

Porque solo conociéndonos bien seremos capaces de conocer a quien nos quiere.






@Conocernos

jueves, 24 de enero de 2013

Paisajes desdibujados

Los paisajes desdibujados no tienen imperfecciones, porque nadie busca en ellos líneas definidas. En trozos de colores indeterminados, se unen montes con aguas y con cielos sin saber muy bien dónde acaba uno y empieza otro; si el azul es firmamento o es parte del lago; si el reflejo es soto o es ilusión del ojo humano.

Todo asemeja un decorado teatral para obras bucólicas con una conjunción de cielos, tierras y aguas, inalcanzable. Pero esta unión no esperada luce como si fuera magia.

La tarde, los montes, el agua, las estaciones, el otoño, las praderas, los árboles, los animales….plasman su esencia y lo que sucede a su alrededor y nos lo dejan ver distinto en cada momento. Según la luz y el viento, según la lluvia, según el frío,…. según los ojos de nuestra alma.

 


Y continuamente evocamos paisajes desdibujados de nuestra mente que vamos componiendo pacientemente, a veces con nostalgia, otras de muy buena gana, y nos envuelven. Y la imagen que nos formamos a base de recuerdos tiene la virtud de hacerse a nuestro antojo: los recuerdos que componemos son como queremos que sean. Olvidamos las espinas de la rosa y potenciamos su color y su olor. Negamos el frío del agua gélida y reforzamos la sensación de tranquilidad de la zambullida.

Otras veces nos topamos con los paisajes desdibujados ya hechos, quizás escritos y leidos por pura casualidad. Son cosas que nos pasaron, que sentimos, que vivimos, que experimentamos alguna vez y que alguien escribió sin que nosotros se lo contáramos. Situaciones que incluso habíamos olvidado y al leerlas nos vuelven a la memoria entre la añoranza y la felicidad de volver a vivirlas.

Pero lo más común es la cotidianidad que, sin ningún brillo adicional, es la que nos trae al recuerdo tiempos antiguos, amigos desaparecidos o situaciones pasadas. Paisajes desdibujados de nuestros tiempos felices o de nuestro amargo llanto pasado.

Vendavales de sensaciones, ríos de hielo, hogueras de rojo fuego, panoramas de ausencias, muros de miedos, tierras de contradicciones, flores en invierno, viajes a los paisajes de la juventud, sombras de dudas, besos templados, voces sin eco, estrellas apagadas, actores acertados, mensajes delatores, ráfagas de olores, imagen de un millar de puestas de sol, un as guardado en la manga…..producen la visión, siquiera fugaz, de paisajes desdibujados.







@Escritos

miércoles, 23 de enero de 2013

Ensueños

Vivo fantasías gracias a tus palabras.
Oigo música por donde pasas.
Veo luces tras las más recias montañas.
Pienso en cómo darte mis mañanas
Río, y siento que tú me abrazas.
Vuelo hacia un mundo que no me engaña.


Te tengo en sueños
sin poner empeño.

Recorro con mi pensamiento las horas de tu día.
Pienso de qué manera irás dando alegría.
Te veo escribiendo la carta que me darías.
Imagino cómo aquel día harías caligrafía,
y luego entre el libro la margarita metías
…y así voy venciendo mi melancolía


Porque aunque mi cuerpo no está contigo,
aprendo a avanzar juntos por este camino.


Y al llegar la noche, antes de dormirme del todo
Oigo tus latidos acompañando a los míos
Y siento que tu aliento busca acomodo
Para velar mis noches y al despertar, darme nuevos bríos


Despierta y dormida
vivo ensueños y fantasías
porque eres la alegría del alma mía.






@Escritos

martes, 22 de enero de 2013

Huellas indelebles

Paseo tranquilamente por la playa, contemplando el húmedo mar, el etéreo cielo y la tierra firme, imprimiendo con calma mis huellas en la arena sin saber adónde llegarán….
Cuanto más ando, más huellas dejo. A veces doy vueltas sólo por ver cómo se van marcando. Miro hacia atrás y vuelvo a pisar:
más fuerte, 
más recto, 
más junto. 

Hago un dibujo a mi antojo con mis huellas, y luego me fijo en las demás: huellas grandes, pequeñitas, huellas que caminan juntas, huellas de pasos largos o cortos, huellas profundas o muy superficiales.

Y pienso que dentro de un rato, esas huellas tan visibles, al ser acariciadas por la espuma salada del agua, se borrarán. A lo mejor no a la primera batida, ni a la segunda…pero acabarán difuminadas, desfiguradas y finalmente acabarán desapareciendo suavemente, sin dolor.

Nunca quise ser como una huella en la arena, que desaparece.

Prefiero ser como un cielo intensamente azul,
como un mar en movimiento constante,
como un sueño eterno,
como el aroma de tu magia,
como el arrullo de una nana,

como tu presencia en mi alma.

Porque sé que el tiempo no me pertenece y no importa las huellas que dejamos atrás sino cuántas vamos a sembrar hacia adelante.




Y no quiero que tú seas como una huella en la arena y por eso hoy dibujaré, suavemente, un beso en mi voz para entregártelo.






@Escritos

lunes, 21 de enero de 2013

La burbuja

"Aquí no se vende ni se compra nada. Sólo se acepta el intercambio".

El cartel imaginario lo decía claro, pero aunque al principio él no creyó que nadie pudiera dar algo a cambio de uno de sus sueños, -aunque fuera el más preciado de todos los que tenía-, con el tiempo, la experiencia le hizo entrar en razón.

Cuando las hadas son pequeñas y aún no pueden volar, no tienen nada mejor que hacer que pensar y pensar. Y como ocurre también en el mundo humano, hay hadas con mucha imaginación, hay hadas con mucha ilusión, hay hadas innovadoras y creativas, hay hadas con ganas de inventar cosas que ayuden a los demás a ser felices…Vamos, que hay hadas de muchos tipos.

El hada Darabita, desde bien pequeñita, tenía claro que en cuanto pudiera ser autónoma quería ayudar a los humanos a hacer vivir sus sueños. Sueños que, quizás, ni siquiera sabían que tenían o simplemente que no eran capaces de visualizar.

Cuando pasó un tiempo (y fue mucho, porque el tiempo de las hadas se mide en ultraminutos-megasónicos) y Darabita se hizo mayor (aunque seguía siendo pequeñísima a ojos de los humanos), se convirtió en un hada fuerte, muy fuerte; con mucha energía y un movimiento envolvente que te atrapaba sin darte cuenta cuando la veías andar, y mucho más si tenías la suerte de verla volar. No había nadie que la pudiera cansar; su paciencia era infinita y la compasión hacía de ella un ser muy amoroso. Sabia, inteligente, fiable, imaginativa, creativa, protectora, cariñosa y optimista. Su intuición le hacía darse cuenta de lo que querían los humanos antes de que ellos mismos lo intuyeran.

Por eso, cuando descubrió que existía un invento consistente en una burbuja invisible dentro de la cual, a todo aquel que pasa por ella le quita un sueño, Darabita llegó a un acuerdo con el duende inventor: a partir de ahora en vez de recoger los sueños para acumularlos en el profundo pozo cerca de su cabaña, ella se iba a ocupar de utilizarlos para hacer trueques: “un sueño tuyo, por otro ajeno”.
Darabita se ocupa con gran diligencia del reparto y, no se sabe muy bien cómo ni por qué, siempre logra que el cambio sea satisfactorio.  




En medio de una gran dehesa, amplia, verde y fresca se oía el crujir de unos pasos callados. Un hombre se acercaba (un poco temeroso, todo hay que decirlo) a dejar uno de sus sueños para que otros pudieran utilizarlo. Y, claro está, a llevarse una quimera ajena que le hiciera vivir lo que nunca fue capaz de imaginar por sí mismo. Él no sabe cómo sucede esto. Ni siquiera sabe de la existencia de Darabita ni de su trabajo con el invento del duende, pero ha comprobado que cuando pasa por allí algo le roza la cara muy suavemente y luego, siempre, le viene a su mente un bonito sueño que le hace seguir viviendo.

Porque a veces los sueños de los demás nos hacen revivir nuestras esperanzas clandestinas.



Y de noche, si tienes la paciencia de estar muy quieto y sin hacer ni un ruido, desde la linde del bosque, se ve muchas veces cómo Darabita prepara los sueños ajenos metiéndolos en papel de aluminio para que no se enfríen y poniéndoles pegatinas de colores que los clasifican.

Tú, ¿cuál de tus sueños regalarías?





@Darabita

domingo, 20 de enero de 2013

Alguien como tú

Me gusta sonreír cuando te pienso.

Sonreir es esa sensación de felicidad que se pinta a veces en nuestra cara y siempre en nuestro corazón. No es un rictus del rostro que puede ser incluso malévolo, sino algo más profundo, síntoma de una emoción feliz.

Y me gusta que siempre haya alguien cerca que pinte una sonrisa en mi cara y otra aún más grande en mi corazón.


Alguien que casi sin darme tiempo a despertarme me da los buenos días y un abrazo, pintando una sonrisa en mi cara recién despertada. Y que a lo largo del día, de una u otra forma, me vuelve a hacer sonreír.

Alguien que encontré en mi camino sin buscarlo y que se ha instalado en mis sueños.

Alguien que si ve que mi corazón no sonríe, me hace cosquillas.

Alguien que me hace sentir de verdad importante, sólo por el hecho de ser yo.

Alguien que piensa que los buenos gestos son gratis y hay que repartirlos…y saber recibirlos.

Alguien que piensa que no es capaz de expresar sentimientos, pero que con cada gesto y con cada letra, los está demostrando.

Alguien con una mente ágil y chispeante, que igual que sabe hablar, sabe escuchar incluso cuando no hay palabras.

Alguien que es capaz de vivir el presente con pasión, sin agarrarse al pasado y sin miedo al futuro. Porque el significado de una sonrisa sólo lo saben el que la da y el que la recibe y es en el momento en el que se produce cuando tiene sentido.

Alguien que, como un tigre en la noche, es capaz de darme alma de blues.



Alguien que anota los sentimientos en papeles de color.
 

Alguien que lee mis ojos sin predecir de antemano.

Alguien que no compara mis besos con sueños inalcanzables.
 

Alguien que camina conmigo y no impide mi paso ligero.

Alguien que suma y no resta.


Alguien que se sienta a mi lado y espera.

 


Alguien que por sí mismo, es una sonrisa. Como tú.









@Escritos

sábado, 19 de enero de 2013

Tu voz

Necesito oír tu voz.

Da igual lo que me diga, porque lo que quiero es escuchar la música, la expresividad, el tono, el color de esa voz. Esa voz que me serena, que me hace sonreír, que me provoca y que me mueve el ser. Una voz que traspasa mares y atraviesa montañas.

Las palabras que te oígo y me atrapan, envolviéndome, no lo hacen por la razón que lleven, ni porque se oigan fuertes de tanto gritar o flojas porque se dicen al oído. Sino porque la voz que las dice me está transformando parte de tu alma en algo tangible para los sentido
s.

La intimidad sale al aire por medio de tu voz, de esa voz amiga que me acaricia, me tranquiliza, me sosiega, y me da su acento particular, su son, su cadencia....y con todo ello, su espíritu. Porque al llegarme a los oídos, me llega la expresión de tu vida: me hace sentir tus palabras.


Cualquier excusa es buena para escuchar tu voz.

Y al hacerlo, imaginarte riendo porque tu voz baila y eso sólo pasa cuando el alma es feliz.

O quizás algún día oiga cómo tu voz tiembla porque en tu corazón llueve.

O pueda dormirme a tu lado mientras tu voz me arrulla con tiernas palabras.



Voz, alíate conmigo.
No dejes de decirme palabras.
No dejes de enseñarme parte de su alm
a.






@Escritos

jueves, 17 de enero de 2013

¡Ahí va! - Las aventuras de Tintín

La serie de las aventuras de Tintín, característica del estilo gráfico y narrativo conocido como "línea clara", es muy posiblemente la más influyente serie europea de historietas del siglo XX. Fue creada por el autor belga Hergé y está constituida por un total de 24 álbumes (de los cuales el último, Tintín y el Arte-Alfa, no llegó a terminarse).




La primera de las aventuras de Tintín, la controvertida Tintín en el país de los Soviets, se publicó en 1929 en el suplemento dirigido al público infantil y juvenil de un diario belga dirigido por uno de los empleados del periódico, Georges Remi, que en 1924 había empezado a utilizar el pseudónimo por el que sería mundialmente conocido: Hergé. La última aventura completa del personaje, Tintín y los pícaros, apareció en 1976.


Todas las aventuras del personaje fueron después reeditadas en álbumes, que han sido traducidos a numerosos idiomas y que han conocido sucesivas ediciones. A partir de La estrella misteriosa (1943), los álbumes fueron editados siempre en color, y se emprendió la tarea de colorear también álbumes anteriores de la serie.

La serie conoció desde sus inicios un éxito sin precedentes. Se calcula que se han vendido  más de 250 millones de álbumes en 40 idiomas, sin contar las ediciones piratas. Las aventuras del personaje de Hergé son además objeto de culto y de coleccionismo en todo el mundo 

(para muestra un botón digital)
(y otro)
Las obras
 

Muy probablemente, el destino de la primera aventura de Tintín fue decidido por el dueño del periódico Le Vingtième Siècle en el que se publicó, el abate Wallez, fervoroso anticomunista: no se trataba solo de entretener a la juventud, sino de mostrar los supuestos peligros que entrañaba el comunismo. Tintín en el país de los Soviets narra la incursión del reportero en la Rusia soviética y los peligros que pasó allí.

Durante la ocupación alemana de Bélgica, durante la Segunda Guerra Mundial, se cerró Le Vingtième Siècle por orden de los ocupantes y Hergé aceptó colaborar en el diario Le Soir, controlado por los alemanes. Esta fue una de las decisiones más controvertidas en la vida de Hergé y que le acarreó no pocos problemas.

La tirada de Le Soir, de unos 250.000 ejemplares, permitió una difusión todavía más amplia de las aventuras de Tintín y pasaron de publicarse una vez a la semana a hacerlo diariamente en formato de tira de prensa de solo tres o cuatro viñetas.

Es en esta época -etapa de plenitud de la serie- cuando aparecen varios de los personajes más importantes de la saga, incluyendo al capitán Haddock (en El cangrejo de las pinzas de oro) y al profesor Tornasol (en El tesoro de Rackham el Rojo) y cuando los álbumes de Tintín comienzan a editarse en color (desde 1943).

Una vez acabada la guerra, para Hergé, acusado de colaboracionismo, se inició un calvario personal, ya que se le impidió seguir trabajando, y tuvo que responder de su actitud durante la ocupación, pero consiguió continuar las aventuras de su reportero en una nueva revista llamada precisamente Tintín y que fue un éxito desde el principio.

Pasaron los años y las obras se iban sucediendo hasta la publicación de Tintín y los Pícaros que fue la última de las aventuras de Tintín publicada por Hergé, que falleció en Bruselas el 3 de marzo de 1983.
Los otros autores de Tintín
 

Hergé desarrolló completamente en solitario sus primeros álbumes. Sin embargo, a partir de los años 40 el volumen de trabajo le exigió contratar colaboradores que nunca fueron acreditados en los álbumes pero tuvieron un importante papel en la historia de la serie.

El primer colaborador importante de Hergé en Las aventuras de Tintín fue Edgar P. Jacobs que dejó de colaborar con Hergé en 1947 para desarrollar su propia serie, Blake y Mortimer. Como curiosidad, hay que decir que aparece retratado junto al propio Hergé (y junto a Quique y Flupi) en la viñeta inicial de Tintín en el Congo. Aparece también en la portada y en una viñeta interior de la edición en color de Los cigarros del faraón, en una broma un tanto macabra: un sarcófago con el letrero E.P. Jacobini. En El cetro de Ottokar, asiste, junto al propio Hergé, a un concierto de la Castafiore y a una recepción real.

Además, Bob de Moor trabajó en los Estudios Hergé desde su creación, en 1950, hasta su muerte. Intervino decisivamente en varios álbumes y participó también en la producción de las versiones en dibujos animados.

Los personajes
 

Tintín 
Tintín es un joven reportero belga que se mete a menudo en problemas por defender causas justas. Su apariencia física y su vestuario apenas cambian a lo largo de los años. De baja estatura, es rubio y luce un tupé característico, su principal seña de identidad, junto con los pantalones bombachos que llevará en todos sus álbumes (a excepción del último, Tintín y los Pícaros, donde lleva pantalones vaqueros).

Milú
Desde su primera aventura, Tintín es acompañado por su perro, Milú, un fox-terrier blanco que no es capaz de hablar pero sus pensamientos aparecen a menudo verbalizados en los globos de diálogo. Generalmente es capaz de hacerse entender. Su afición por los huesos y su más humano que canino interés por el whisky (en especial de la marca Loch Lomond, la preferida del capitán Haddock) desencadenan a menudo situaciones cómicas.

Tintín y su perro Milú son los dos únicos personajes que aparecen en todas las aventuras de la serie.

El capitán Haddock 

El capitán Archibald Haddock, un capitán de barco de orígenes confusos (¿ingles, francés o belga?) es el mejor amigo de Tintín. Aparece por primera vez en El cangrejo de las pinzas de oro, donde es presentado como un personaje débil y dominado por su alcoholismo. Más tarde se convierte en un personaje más simpático.  Es notable su uso de extravagantes insultos. Es un gran bebedor de whisky "Loch Lomond" y sus borracheras son a menudo empleadas como gags cómicos.

Hernández y Fernández 

Hernández y Fernández (Dupond y Dupont en la versión original) son una pareja de policías, amigos inseparables de Tintín, que aparecen por vez primera en Los cigarros del faraón. Su ingenuidad y sus constantes meteduras de pata son las características que más identifican a estos simpáticos personajes.

El profesor Tornasol 

El profesor Silvestre Tornasol para cuyos rasgos físicos Hergé se basó en los del célebre Auguste Piccard, aparece por primera vez en el álbum El tesoro de Rakham el Rojo. Es el arquetipo del científico despistado, cuya sordera le permite estar en desconexión con el mundo y metiéndose en un sinfín de situaciones cómicas. Para su creación, Hergé se inspiró en los rasgos del célebre inventor suizo Auguste Piccard.

Bianca Castafiore 

La cantante de ópera Bianca Castafiore es el único personaje femenino de cierta relevancia en la obra. Aparece por primera vez en El cetro de Ottokar, y figura en un total de ocho álbumes de la serie. Según su propio testimonio, Hergé detestaba la ópera. Igualmente, tanto Tintín como Haddock (especialmente este último) aborrecen el canto de la Castafiore especializada en una única pieza musical: el aria "de las joyas" de Margarita en la ópera Fausto de Gounod.
 

Otros personajes
Además de los mencionados, las aventuras de Tintín cuentan con la presencia de varios personajes secundarios que aparecen en varios álbumes. Es el caso del malvado millonario Rastapopoulos, principal antagonista de Tintín, del mercenario Allan Thompson, del general Alcázar y su eterno rival en el gobierno del imaginario país de San Theodoros, el general Tapioca, del mayordomo Néstor, del estrafalario comerciante portugués Oliveira da Figueira y del insoportable Serafín Latón.

En ocasiones, Hergé parodió con sus personajes a personas reales, cuyos nombres disfrazaba solo ligeramente. Es el caso del traficante de armas que aparece en La oreja rota, Basil Bazaroff, cuyo nombre apenas encubre la referencia a Basil Zaharoff. Menos frecuente es la aparición en los álbumes de Tintín de personajes reales, con su propio nombre, como ocurre con el gángster Al Capone, que tiene un relevante papel en Tintín en América.


Mención aparte merecen los cameos de otros personajes de Hergé, como Quique y Flupi (Quick y Flupke) que aparecen ocasionalmente en algunos álbumes.

Álbumes


 

En la lista siguiente aparecen, por orden cronológico, los álbumes de Tintín realizados por su creador, Hergé. No aparece, por tanto, Tintín y el lago de los tiburones, que, aunque suele citarse como álbum del personaje, es la adaptación al cómic de un largometraje de animación en cuya realización no intervino Hergé. Pinchando en cada uno de ellos hay más información.


1 Tintín en el país de los Soviets

2 Tintín en el Congo
3 Tintín en América
4 Los cigarros del faraón
5 El Loto azul

6 La oreja rota
La isla negra

8 El cetro de Ottokar
9 El cangrejo de las pinzas de oro
10 La estrella misteriosa
11 El secreto del unicornio
12 El tesoro de Rackham el Rojo
13 Las siete bolas de cristal
14 El templo del sol
15 Tintín en el país del oro negro
16 Objetivo: la luna
17 Aterrizaje en la luna
18 El asunto Tornasol
19 Stock de coque
20 Tintín en el Tíbet
21 Las joyas de la Castafiore
22 Vuelo 714 para Sidney
23 Tintín y los pícaros

24 Tintín y el Arte-Alfa (no publicada)

Para los países de lengua española, se encargó de la publicación de los álbumes de Tintín la barcelonesa Editorial Juventud. La traductora al español de todos los álbumes fue Concepción Zendrera, hija del fundador y propietario de la editorial, José Zendrera Fecha.


Zendrera fue también la responsable de los nombres en español de algunos personajes, como Hernández y Fernández (en el original, Dupond y Dupont) o Silvestre Tornasol (Tryphon Tournesol en el original).







Para saber mucho más
@¡Ahí va!

¡Ahí va!

Cuando algo nos sorprende utilizamos la expresión ¡Ahí va!.

Eso me ha animado a crear una sección algo más "distendida" dentro del blog, de cosas varias que si no a todo el mundo sorprenden, pueden resultar curiosas.

Espero  que os gusten y que os animéis a hacer peticiones.


Empiezo con Tintín porque es un recuerdo de mi juventud y porque sigue de rabiosa actualidad aunque tenga ya unos cuantos años. Pero podréis encontrar temas de ciencia, de geografía, de lengua o simplemente curiosidades que me van llamando la atención.


Como dije el primer día....¡¡preparados, listos, ya!! Comienza la sección.




@General

miércoles, 16 de enero de 2013

Secretos

Nos paramos a la puerta de la casa.

Miramos hacia dentro por las ventanas llenas de maleza de años de abandono.

Nada.


No se veía nada.



La puerta cerrada a cal y canto... como si hubiera algo que guardar dentro. Y quizás lo hubiera, porque aunque la imagen de abandono pueda hacer creer que no hay nada en el interior, los tesoros de otros tiempos pueden permanecer dentro a la espera de que alguien los rescate: un valiente aventurero, un viajero despistado, un solícito vecino….cualquiera que se interne en el misterio de una casa condenada a la dejadez y restituya las cosas al lugar donde deben estar: donde se pueda disfrutar de ellas.

Igual que un arado, una hoz, un trillo, una horca, un amocafre, o una tarabilla fueron en su momento instrumentos de labranza, -simples útiles de trabajo-, y hoy son codiciados objetos de culto, así también hay ciertas joyas que tenemos en nuestro interior que necesitan ser conocidas para que sean apreciadas.

Secretos que atesoramos,
anhelos que imaginamos,
ilusiones que perseguimos,
vivencias que revivimos,
sentimientos que manifestamos,
sueños que construimos,
amores que decidimos,
recuerdos que compartimos…..


Tesoros que tenemos dentro que hay que sacarlos, compartirlos, extraerlos. Gritarlos si hace falta para que salgan al exterior.

Tesoros que buscan no quedarse encerrados tras la maraña de tiempos perdidos, puertas cerradas y abandono del olvido, con ganas y esperanzas de ser algo más que parte de nosotros mismos.




#Escritos 

lunes, 14 de enero de 2013

Buenas noches

Todos duermen.


La carretera está totalmente vacía de coches y llena de la escarcha de la noche. De una noche en la que la luna tenía un halo resplandeciente de esos que se ven muy pocas veces.  De una noche de hadas y duendes. De una noche en la que ha vuelto a ser antorcha entre las sombras.

Y en su pensamiento un gustillo que no sabía a nada conocido. Era como una vaga sensación de estar llegando al final de tu destino; de estar descubriendo el misterioso camino que a veces traza el amor; de estar comprendiendo que los regalos que la vida nos da hay que agarrarlos fuerte porque puede que se escapen y que no haya una segunda oportunidad de cogerlos; de estar llenando de aire limpio la habitación antes llena del humo de cigarrillo.

En su mente tranquila, rebota aquello que un día dijo tal como lo sentía: los actos de amor, de ese amor al que se le pueden poner tantas etiquetas, tienen que estar basados en querer que el otro use todos los colores que tiene en su paleta. Y si se puede hacer que, mezclando, invente un color nuevo, la alegría es completa.

Las calles vacías de gente y llena de suspiros suspendidos, de besos perdidos y de silencios adormecidos, la llevan hacia su cama, donde las letras se agolpan y donde sabe que, siempre, tiene un beso suyo debajo de la almohada.


¡¡Buenas noches!!

 
¡Que descanses!





 
#Escritos

jueves, 10 de enero de 2013

Vuelve Darabita

Era mi cumpleaños. Ya no esperaba recibir muchos regalos, porque ya se sabe que cuando las hadas se van haciendo mayores, lo de la tarta y las velas van quedando en el olvido. Y lo de los regalos, más.

Pero ese año, obtuve el mejor regalo de todos los tiempos. Cuando me fui a acostar, me encontré encima de mi almohada un paquete bastante grande envuelto con papeles de colores, de los que me gustan a mí para envolver regalos, y un lazo (de los que no me gustan) que le daba al paquete una prestancia especial. Y era para mí seguro, porque con letras brillantes ponía mi nombre: D A R A B I T A
 
 


Pensé quién me lo habría dejado allí porque no había nadie en el bosque; pero ya se sabe que en el mundo de las hadas, en un cumpleaños, puede pasar de todo. Así que lo abrí, un poco nerviosa, un poco expectante y sin parar de pensar cómo habría llegado hasta mi cama.

Dentro, una caja muy bonita, labrada y con un aldabón que le daba aspecto de cofre del tesoro.

Prometo que lo que cuento a continuación es verdad.

Al abrir la caja, salió de ella un resplandor. Pero no sólo una luz (que ya sería raro) sino como si el interior despidiera diminutos trozos de estrellitas, de esos que vuelan en la dirección que más le apetece sin hacer siquiera caso a la fuerza de la gravedad.

Mi cara debía ser un poema, porque ya tenía yo encima bastante intriga sobre cómo había llegado hasta allí el paquete, para encima encontrarme con eso. Pero como si se tratara de una película, seguí con la escena adelante sin quedarme paralizada ni muda (que si no, no habría escena).

Con un poco de miedo, o más bien precaución y cantando, metí las manos en la caja a ver qué encontraba. Mis ojos brillaban de ilusión, mis labios reían sin poder evitarlo, todos mis sentidos estaban erizados.

En el fondo de la caja, algo redondo, blandito pero sin llegar a ser fofo.


Quise descubrir al tacto qué era, pero fui incapaz y lo saqué de la caja para mirarlo. Era una bola, nada más que una bola de color azul; ni pesada ni ligera, ni dura ni blanda, ni rugosa ni suave.…sólo una bola. Pero eso sí, de un color que pocas veces había visto: un azul turquesa más profundo que el mar del Caribe.

Me la puse encima de la falda y volví a meter la mano en la caja. Saqué otra bola igual, pero esta vez verde. De un verde claro pero con tonalidad profunda.

Y cada vez que metía la mano, sacaba otro color. Porque ya me di cuenta de que no eran bolas, eran colores. Nada más y nada menos que colores en su estado más puro.

Ahora sí que me puse nerviosa pensando quién me lo habría dejado allí. Porque ese era un regalo que no podía hacerlo cualquiera.

Rojo, pasión encendida; naranja, viveza infinita; violeta, sueño de atardecer; amarillo, incandescencia lumínica; blanco resol sobre cal...y así todos los colores de la escala cromática.


Lo más bonito de todo es que al tocar esas bolas (perdón, esos colores) y mover mis manos, ante mí aparecían imágenes dibujadas con toda nitidez. Había ausencia de líneas de grafito, pero los tonos sabían muy bien separar los volúmenes y darle al paisaje hasta su sensación al mirarlas.

¡Estaba extasiada!



Y entonces, de pronto, comprendí de dónde salió mi regalo.

Y sonreí.







@Darabita

miércoles, 9 de enero de 2013

Pequeña gran magia

Cualquier ilusión es capaz de hacerse realidad en cualquier instante y en cualquier lugar, como por arte de magia. 
 

 
Y ningún momento es mejor que hoy para tener un sueño y desear luchar por él.

 
Esas impacientes mariposas que revolotean en tu barriga durante varios días esperando que abra por fin tu regalo, tiene su recompensa cuando se da cuenta de cuán importante es él para ti. 

Por un día, los tristes colores del cielo de afuera no serán la causa de las lágrimas derramadas, pues se tratarán de lágrimas de felicidad, de ilusión y de amor.

Y es que la magia de dar está en el hecho de que en el momento más frío de nuestras vidas, cuando parece que todo está acabado, oscuro y sombrío, nos unimos a aquellos a los que amamos para obtener ese calor especial que ni el sol es capaz de proporcionarnos. 

Cualquier pequeño detalle (un corazón escondido entre la ropa interior o dentro de la pitillera de acero) puede hacernos sonreír. Nada puede hacernos sentir tristes si sabemos que alguien espera nuestro abrazo, nuestra palabra, nuestra mirada, que nuestro calor le es necesario en este momento que debe ser inolvidable.


Es momento de dar, momento de compartir, momento de expresar de la forma más sincera el valor que tienen todas y cada una de las personas que nos rodean, momento en que debe florecer el amor entre aquellos que sólo se quieren pero se necesitan, momento en que se han de olvidar los malos recuerdos de dolores pasados aunque en el filo de la noche los fantasmas se despierten. Porque dentro de esa caja con papel brillante y cintas de colores que me espera, puede esconderse la llave de cualquier sueño, ese que sólo podemos tener ahora y por el que llevo luchando lo que me parece una eternidad. 

 
 
Y ahora, ¡no mires el reloj! ¿qué importan las horas? 

La vida es tan corta que no hay tiempo que perder. Si quieres la magia, ve a por ella; no esperes que te llegue, porque la puedes perder.




@Escritos

martes, 8 de enero de 2013

El horizonte

Miro al horizonte con ganas de alcanzarlo algún día y aunque sé que no puedo hacerlo, no cejo en mi empeño de al menos intentarlo.

Me gusta que, entonces, estés a mi lado mirando conmigo esa línea por donde se pone el sol. Porque en ese momento, tras el éxtasis del ocaso, podemos empezar a disfrutar de los reflejos que las estrellas nos brindan y de la luz de la luna que nos hechiza.



Y allí, no sé por qué, recuerdo cuando siendo niña soplaba con fuerzas para hacer pompas de jabón que, aunque eran efímeras, me producían una gran satisfacción. O las felices tardes de domingo manchando la cocina para hacer ese bizcocho que veía subir dentro del horno y desaparecer en cuanto salía.


Evoco cuando te abracé por primera vez después de desearlo tanto tiempo y cómo tu calor quedó conmigo para siempre de tal forma, que sigo siendo capaz de notarlo cuando te pienso.


Reconozco a la primera una mirada llena de amor, una sonrisa de admiración sentida, una mano fuerte que me apoya, un oído atento a lo que me pasa y unas palabras escritas sin tinta que reflejan todo lo que llevas dentro. Porque veo más allá de lo que lo hacen los ojos.


Miro al horizonte sin distinguir nada delante de mí porque no quiero ver, sino solamente sentir muy dentro que lo que me pasa es parte de ese sueño que forjamos un día y que no quiero que nunca termine.

Anhelo seguir a tu lado cuando la vida se haga más lenta, cuando el reloj esté de nuestra parte y cuando reciba un beso como premio a todo un largo paseo.





@Escritos

Preparados, listos...

Comienzo una nueva andadura...otra vez más.

Parece que siempre tengo que estar empezando cosas nuevas, bien porque las que hay se agotan, bien porque me busco nuevos retos, bien porque no puedo vivir sin crear, bien porque no sé dejar de soñar, bien porque no quiero descansar...

Porque ya decía Gregorio Marañón:

"Vivir no es sólo existir, 
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir 
y no dormir sin soñar. 

Descansar, es empezar a morir."


Hace varios años empecé de manera muy tímida a escribir todo aquello que me apetecía transmitir: desde curiosidades dignas de compartir, "enigmológicos" (pasatiempos basados en la lógica), serendipias (uno de mis temas favoritos por lo que tienen de "mágico") y sobre todo lo más importante en los últimos tiempos: mis sensaciones, sueños y sentimientos.


Aunque voy a cumplir ya unos cuantos años, no quiero dejar de ser joven y por eso siempre procuro seguir aprendiendo. Mi cabeza no puede estar quieta y sigo emocionándome con los nuevos descubrimientos. Además, me gusta compartir lo que aprendo: unas veces cosas del mundo externo (la ciencia, la lengua, las costumbres, las gentes...) y otras del mundo interno (la mente, los pensamientos, el inconsciente, las ideas, la mente creativa, lo espiritual, las fantasías, la conciencia...).





Lo del título, "las esquinas de tu boca" se debe a un pensamiento que me surgió de un poeta cercano sobre algo que todos tenemos y en lo que pocos pensamos, cuando es la expresión de nuestro ánimo y el mayor de los regalos que podemos hacer a alguien, como decía Ángel González: 

Cuando tengas dinero regálame un anillo,
cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca...



Y como nadie, absolutamente nadie, es tan crítico como nosotros con nosotros mismos, ya os aviso que esto puede que resulte un batiburrillo de cosas inconexas (como el fondo, que es una mezcolanza de fotos de alguna de mi gente querida) pero que espero que, al menos alguna, os interese y os haga pensar, creer, imaginar o soñar. Con eso, me daría por satisfecha.



Preparados, listos...¡¡YA!!




Gracias a los modelos que , sin saberlo, me han permitido realizar el fondo del blog. Si alguno quiere ser retirado de él, que me lo diga. Y si alguno quiere ser incluido, también.


  
@General